Felipe Pantone (1986) es un artista visual argentino-español. Empezó a hacer grafitis a los 12 años, edad a la que empezó a florecer su interés por el arte. Más adelante se licenció en la Universidad de Bellas Artes en Valencia (España), donde tiene su estudio y donde empezó a trabajar profesionalmente. Se le conoce por su estilo de arte callejero que combina elementos de diseño gráfico con formas geométricas. La obra de Pantone plantea temas relacionados con la actualidad, el dinamismo, la transformación y la revolución digital. Traslada la geometría más clásica o el pop-art a la cultura popular del grafiti en su propio lenguaje. Felipe Pantone defiende la identidad propia habitual entre los grafiteros, de ahí a que su rostro nunca aparezca públicamente en fotografías. Lo justifica diciendo que es por protección legal y porque quiere hacernos ver que su cara no tiene mucho interés al lado del de su obra.  El arte de Felipe Pantone explora cómo el desplazamiento de la luz influye en el color y la repetición; y rememora un espíritu que está en conflicto con el pasado analógico y el futuro digitalizado. Pretende ser accesible y democrático, de forma paralela al discurso tecnológico actual. “El color sólo ocurre gracias a la luz, y la luz es la única razón por la que ocurre la vida”, dice Pantone.  De sus obras surgen degradados de neón, formas geométricas, patrones ópticos y cuadrículas irregulares, como se puede ver en la Serie: Subtractive Variability P2 (2020), Subtractive Variability P3 (2020) y Subtractive Variability P4 (2020). Para Pantone, sus obras son una meditación sobre las formas en que consumimos la información visual. Victor Vasarely y Carlos Cruz-Diez han sido un ejemplo para Felipe Pantone. Estos artistas cinéticos utilizaron el efecto moiré, es decir, líneas de distintos colores que generan la impresión de movimiento. En su obra, se produce una sensación de vibración a medida que la posición del espectador va cambiando. Para ello, utiliza un software de modelado 3D, que luego puede verse reflejado en frescos, murales, pinturas e incluso esculturas. Su mayor objetivo es desprenderse de toda la información académica y poder hacer arte libremente. Pantone hace ecos de la modernizadora tarea del arte cinético y de su investigación de la percepción con fundamento de las teorías actuales de la vista. En el veloz mundo de la producción industrial, Felipe, desequilibra el discurso naturalista del arte cinético para devolverle a la percepción su inserción cultural, el reconocimiento de un tipo de combinación cromática como el “glitch”: práctica creativa que consiste en aprovechar o provocar errores digitales con fines artísticos y estéticos.  En el año 2012, trabajó como asistente de Richard Mirando, más conocido como Seen que es considerado como el padre del arte grafiti. Pantone ha expuesto en Europa, América, Australia y Asia. Ya sea exponiendo en galerías de todo el mundo, transformando un coche Chevrolet Corvette de 1994 en un objeto futurista o pintando el mayor mural de Portugal. Entre sus instalaciones públicas más destacadas se encuentran los murales comisionados por el Palais de Tokyo de Paris (Francia), el mosaico de la Universidad Politécnica de Valencia (España), los murales de los dos edificios del Tecnológico de Monterrey (México), y el mural Optichromie de la Albright-Knox Art Gallery de Buffalo (EEUU).