Manolo Millares nació en Las Palmas de Gran Canaria el 17 de febrero de 1926.
Pintor autodidacta, sus primeras, y tempranas, incursiones en la pintura tuvieron como modelo los paisajes de Lanzarote y de su isla natal realizados en acuarela. También colaboró en revistas literarias junto a sus hermanos Agustín y José María. Tras un breve contacto con el surrealismo, impulsa la fundación del grupo LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo) ya inmerso en el constructivismo de Torres García y las pinturas aborígenes que evolucionarán hacia sus primeras Pictografías canarias. En ellas se pone de manifiesto su pasión por la arqueología que impregnará en gran medida su obra a partir de entonces, con la inclusión de los signos de las pintaderas guanches del Barranco de Balos y otros yacimientos insulares, el uso posterior de la arpillera, emulando las momias guanches que tuvo ocasión de conocer en sus visitas al Museo Canario, así como en su relación con la Escuela de Altamira.
El año 1955 marcará un punto de inflexión tanto en su vida personal como en el rumbo de su producción artística. Es ese el año en que abandona las islas para residir definitivamente en Madrid en compañía de su esposa Elvireta Escobio, y el momento también en el que simplifica su pintura e incorpora nuevos materiales –madera, cerámica, arena- y sobre todo la arpillera, material que se convertirá en la base de toda su producción futura. Surgen ahora los Muros, Composiciones con texturas armónicas y Composiciones con dimensión perdida.
En 1957 cofunda el grupo El Paso, que a pesar de su breve existencia –se disuelve tres años más tarde- constituyó un revulsivo en la vanguardia española de los años cincuenta. Las arpilleras de Millares se vuelven más violentas y el uso del color se reduce drásticamente al negro, blanco, rojo y el ocre de la propia arpillera. La proyección internacional de Millares se consolida bajo la tutela de sus marchantes en Estados Unidos y Europa, Pierre Matisse y Daniel Cordier, con exposiciones en París, Nueva York, San Francisco, Bruselas, Roma, Buenos Aires, Tokyo, Estocolmo o Río de Janeiro entre otras. Tras un periodo en el que el negro conquista las arpilleras con cuadros de gran formato y volumen, en su última etapa, el color blanco toma mayor protagonismo –“el triunfo del blanco” que apuntaría José-Augusto França- aunque su obra no pierde ni un ápice de su dramatismo. De estos periodos surgen los Homúnculos, Neanderthalios, Personajes caídos o Antropofaunas.
Paralelamente a sus cuadros con arpilleras, trabaja extensamente con otros soportes y técnicas, como la pintura sobre papel y los dibujos a tinta china. También tiene una importante producción de obra gráfica donde destacan las carpetas de serigrafías, Mutilados de Paz y Torquemada, las puntas secas de Auto de fe y la magnífica carpeta de aguafuertes, Antropofauna, editada por Gustavo Gili.
En el año 1971, con tan solo 45 años, se le diagnostica un tumor cerebral a causa del cual fallece en Madrid el 14 de agosto de 1972.
