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Obras de FONTANA, Lucio

«Concetto spaziale»

Pencil and holes on paper Signed and dated lower right Lucio Fontana Archive N.1285 / 2 provenance: Teresita Rasini Fontana, Milan G.A. Roccamonte, Rome The Last Supper Art Gallery, Rome Exhibition: 2002, The Forms of the void, curated by Lorenzo Canova and Carla Mazzoni, Il Cenacolo art salon of the Galleria Il Narciso, Rome Bibliography: Lucio Fontana, Catalog raisonné of works on paper, Volume II, edited by Luca Massimo Barbero, Skira, p. 508 N.50 DSP 33 The Forms of the void, curated by Lorenzo Canova and Carla Mazzoni, The Last Supper art salon of the Il Narciso Gallery, Rome 2002.

FONTANA, Lucio

BIOGRAFÍA

(Rosario, 1899 – Varese, 1968) Escultor y pintor argentino. Se formó en la Academia de Brera de Milán y fue discípulo de Adolfo Wildt. En los años treinta estuvo en contacto con el movimiento abstracto lombardo y con el grupo Abstraction-Création. Residió algunos años en París y, durante la Segunda Guerra Mundial, en su país natal. En 1946 elaboró el Manifiesto blanco, declaración de poética espacialista que se concretaría en las obras realizadas tras su regreso a Italia en 1947: los ambientes, proyectados para no ser ni pintura ni escultura, sino «formas, colores, sonidos a través del espacio», y los conceptos espaciales, donde el problema del espacio se afronta a través de la perforación o el corte de la base utilizada (papel, tela, etc.). Las primeras obras de esta etapa fueron telas coloreadas monocromáticamente a las que incorporó gruesas texturas, para pasar después a horadar el lienzo y realizar pequeños orificios que se repartían entre relieves de pasta y arena. Posteriormente los orificios llegarían a ser los únicos ocupantes de la tela. En un último paso, el gesto se convirtió en rasgadura y los lienzos presentaban ya incisiones precisas, de dirección y longitud calculadas, rompiendo unas superficies impecablemente pintadas con algún color vivo y plano. Fontana quiso así establecer una relación entre la planitud del lienzo y el espacio que hay detrás de él y que queda de este modo al descubierto, entrevisto por la hendidura de la tela; el espacio se incorpora al cuadro en su realidad física, no en la virtualidad de su representación. Los sucesivos manifiestos de esos años (Espacialismo, 1947-1948; Propuesta de una regulación para el movimiento espacialista, 1950; Manifiesto técnico del espacialismo, 1953) y la obsesiva repetición de los títulos en series de cuadros (como la llamada Concepto espacial, 1949-1953) ilustra cuál era el empeño de su trabajo y su concepción del espacialismo como un arte total cuya forma inherente había de ser una síntesis de elementos en desarrollo simultáneo: color, sonido, movimiento, tiempo y espacio.
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