Wifredo Lam nace en 1902 en Sagua la Grande (Cuba). Es hijo de Ana Serafina, mulata cubana y de Yam Lam, un emigrado chino, de 84 años de edad cuando nace Wifredo. Estudia derecho antes de dejar la isla para irse a España en 1923.
Wifredo Lam sabe que sólo podrá ser un creador, pintor o poeta, así que se matricula en la Escuela de Bellas Artes de Madrid donde trabaja en el taller del pintor Fernando Alvarez de Sotomayor. Su primera exposición tiene lugar en 1928. El trabajo de Wifredo Lam se explica por sus orígenes mestizos (China, África, Antillas). El artista se inspira en particular de los africanos que trajeron a Cuba “su cultura primitiva, la magia de su religión y la visión mística de su relación con la naturaleza”.
Durante la guerra civil española lucha al lado de los republicanos y, en 1937, tiene que refugiarse en Francia donde encuentra a Picasso. Éste le ayuda a tener reconocimiento en el ambiente artístico parisino y le presenta a sus amigos (Michel Leiris, Paul Eluard, Tristan Tzara, Léger, Braque, Miró, Matisse, Christian Zervos…). En 1939, Lam conoce a Benjamín Peret y se une al movimiento surrealista con André Breton. Pinta, dibuja, graba mundos imaginarios y barrocos nacidos del ‘’automatismo del pensamiento‘’. Lam trabaja con frecuencia en series. En 1941 realiza un viaje a su país de origen, junto con un grupo de artistas surrealistas. Lam crea formas humanas o animales extrañas rodeadas por una naturaleza exuberante.
Más tarde el artista estiliza sus figuras que se vuelven sujetos totémicos, una ‘’confesión íntima’’ de su existencia. Ejecuta una obra gráfica importante (litografías y grabados), ilustraciones de numerosas obras, frescos murales, cerámicas, terracotas.
Wifredo Lam muere en Paris en 1982. Sus cenizas, según su voluntad última, se transfieren a Cuba donde se crea, en homenaje póstumo, el ‘’Centro Wilfredo Lam’’ para la promoción y el estudio de las Artes Plásticas del Tercer Mundo.